Cientos de irundarras se sumaron al Alardealdia, jornada festiva que organiza la Junta del Alarde tradicional como aperitivo de las fiestas.
Joana Ochoteco. DV. IRUN. La cuenta atrás para las fiestas de San Pedro y San Marcial ya ha comenzado en Irun. Cientos de irundarras se sumaron ayer al Alardealdia, la jornada festiva que organiza la Junta del Alarde tradicional cada año.
El general del desfile, Iñaki Arruabarrena, recordaba que el Alardealdia «nació como una pata para la financiación del Alarde», pero tras diecisiete ediciones «se ha convertido en una gran fiesta. Evidentemente, sigue siendo una parte fundamental para la financiación de nuestro Alarde, pero los ciudadanos lo disfrutan también como la jornada festiva que es. Nos sentimos acompañados por ellos», afirmó el general.
El Alardealdia siguió el guion previsto con la adición del buen tiempo: el año pasado, la inauguración de la jornada estuvo acompañada por un inoportuno chaparrón, pero ayer a las 9.00 el sol se asomaba por la calle Santa Elena; fue a esa hora cuando se procedió a cortar la cinta que inauguraba el recorrido matutino del Alardealdia. Después de que se bailara un aurresku, y acompañado por Iñaki Arruabarrena, Mikel Garikoitz Errezola procedió a cortar la cinta inaugural, en representación de quienes en su día compusieron la canción dedicada al Alardealdia. Cada año, la inauguración de la jornada recae en una persona o entidad que haya trabajado en favor del Alarde tradicional.
Los cientos de personas que esperaban al arranque de la jornada iniciaron entonces un recorrido que les llevó de la Parte Vieja de Irun hasta el entorno del caserío Aldabe, para luego regresar a la plaza Urdanibia previo paso por Meaka, Ibarla, Ibarburu y Larreaundi. Todas las paradas del paseo «estaban repletas de gente. El recorrido ha sido un éxito», afirmó Arruabarrena.
Tras haber finalizado hace unos meses las obras de renovación de la plaza, Urdanibia volvió a ser el principal escenario del Alardealdia a partir de media mañana: a las 11.00 comenzó una degustación de pintxos a precios populares, a cargo de una docena de sociedades gastronómicas de Irun. Trikitilaris y txarangas se encargaron de que el ambiente festivo no decayera, lo que no fue difícil teniendo en cuenta que la alameda estaba a rebosar. Entre el gentío destacaban los cabezudos de Ondare Kultur Elkartea, que están inspirados en figuras relacionadas con el Alarde.
750 comensales en Ficoba
En torno a las 14.00 horas, el Alardealdia volvió a trasladarse de ubicación: Ficoba acogió, por segundo año, la celebración de una comida popular a la que asistieron alrededor de 750 personas. «Son casi 200 más que el año pasado», señaló Iñaki Arruabarrena. El recinto ferial, explicaba el general, «nos permite realizar una serie de actividades enfocadas al público infantil».
Y es que, tras la comida, se ofreció a los asistentes un programa de actos que incluía talleres de manualidades, castillos hinchables, paseos en poni, actividades deportivas o la posibilidad de montar en segway. «Es probable que para el año que viene tengamos que ocupar un segundo pabellón», auguró Arruabarrena. Sumando a este programa la música y el ambiente festivo, en Ficoba la actividad se prolongó hasta el anochecer.
El general quiso agradecer a todas las personas implicadas en la organización del Alardealdia, «que han realizado un gran trabajo. Montar todo esto es algo complejo y que requiere esfuerzo. Se ha trabajado mucho y a la vista está el resultado», afirmó.
Fuente: Diario Vasco
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